El
Archivo Diocesano de Guadix es una fuente inagotable de testimonios curiosos
que poco a poco van saliendo a la luz gracias a los investigadores y personal
que forma parte del equipo de trabajo. Uno de esos documentos es el relativo a
unos huesos encontrados en las cuevas de “Face
retama”. Se trata de un auto que se
hizo para averiguar el paradero de un arca que el Obispo Juan de Orozco y
Covarrubias guardó durante un tiempo, y que contenía los huesos de un cuerpo
hallado en una sepultura cerca de las cuevas de San Torcuato. A la muerte del
obispo, el arca fue llevada a la Sacristía y después, por mandato del señor
Deán se llevaron a la Sala de rentas, junto a la Carbonería, tal como dice en
el enunciado del documento. Seguidamente trascribo un fragmento:
“En
la ciudad de Guadix a treinta días de mes de marzo de mil y seiscientos y
diezyocho años el Sr. Dor. Don Gmo. Ruiz de Carrasquilla Prior de esta Sta.
Yglesia y gobernador en lo espiritual y temporal de todo este obispado por Don.
Gmo. De Herrera Obispo de Guadix y Baça (…)= que ara como seis o siete años
poco mas o menos que en las cuevas de Sr. San Torquato en cierta sepultura se
hallaron unos huesos por lo que se dio noticia al Sr. don Juan Horozco de
Covarruvias y Leyva obispo desta ciudad defunto y el dicho sr. obispo fue a las
dichas cuevas y de la dicha sepultura saco los dichos huesos y los metió en un
arca y con mucha veneración los trajo y los tuvo en su casa por entender que
hallándose aquellos huesos en lugar donde se dice estuvo enterrado San Torquato
serian los huesos de algún otro santo y el dicho Sr. Obispo estando en la
aberiguacion desto fue dios servido llevarle de esta presste. vida y que
después de muerto llevaron la dicha arca con los huesos a la sacristía desta
Sta. Yglesia en donde han estado hasta que su mrd. es ynformado faltan la dicha
arca y guessos de la dicha sacristia por lo que su mrd. Mando hacer ynformacion
de todo lo susodicho y la cometió al presente notº. para que ante el y en su
presencia se examinen los testigos que esta causa dixeren. Y anssi (…)”
El
Obispo Juan de Orozco y Covarrubias (1606-1610), fue hermano del famoso
lexicólogo, criptógrafo y capellán del rey Felipe II, Sebastián de Covarrubias.
Nuestro prelado fue hombre de gran erudición, autor de los famosos “Emblemas
morales”, libro que se encuentra en nuestro archivo. El obispo ya se interesaba
por las reliquias, pues antes de ser obispo de Guadix, lo fue de Agrigento en
Sicilia. Desde un monasterio de Agrigento trajo una santa espina, una muela de
San Paulino que estaba en la Ermita de Sotera, en Sicilia y que le había
entregado el Capitán Silvera engastada en oro, un hueso del hombro del Beato
Mateo, Obispo de Agrigento, en Palarmo, un hueso de la garganta de San Jorge…,
etc. Es posible que al llegar a la sede accitana mostrara gran interés por el
lugar donde tradicionalmente se contaba, había sufrido martirio San Torcuato.
Más cuando su predecesor, Don Juan de Fonseca y Guzmán fue el encargado de recuperar
las reliquias del santo desde Celanova.
No
es el único testimonio de la existencia de una sepultura cerca del lugar donde,
según la leyenda, sufrió martirio el santo accitano, en la comunicación del
historiador J. M. García fuentes, Datos
para la Historia de la Inquisición en Granada, recoge el proceso
inquisitorial a un morisco llamado Bernardino Mençafí en recuerdo (de cuya
familia nos queda una calle en Guadix: “Mensafíes”), fechado en 25 de mayo de
1578, en el cual declara que estando en el campo, cerca del lugar de San
Torcuato se encontró con otro morisco, y preguntando sobre una sepultura
cubierta con un montón de piedras, el morisco le dijo que aquel no era el
sepulcro del santo, sino de un moro santo que allí murió:
“Bernardino
de Benavides Mençafí, morisco, vecino de Guadix, vue testificado por tres
testigos, que estando en el campo fuera de Guadix, donde estaba un montón de
piedras y dicen que aparecen allí unas lumbres que dicen de Sant Torcato, no
son de Sant Torcato sino deste moro santo que allí murió; fue preso y a las
moniciones do dixo nada, y la acusación dixo que etando en el lugar ya dicho
estaba allí un morisco que guardaba vacas y que había preguntado si aquel
majano de piedras si era el sepulcro de Sant Torcato y que le había respondido
que no era, sino que estaba enterrado un moro que era un hombre bienaventurado
y que con esto se fue a su casa, y que al cabo de algunos días yendo a casa,
con otros pasaron por donde estaba el dicho mojano de piedras y que el había
dixo, fulano me dixo nombrándole, que aquí estaba enterrado un moro santo y que
los compañeros no le dixeron nombre y que contado después a un amo suyo, que
era menester confesarlo y que él lo había confesado y que le habían dado por
penitencia que ayunase todos los viernes del año que pudiere y que diese dos
fanegas de trigo en limosna y que ya la había complido y que no dixo más
tocante a los hombres y por la intención dixo que no lo creyó; hízose su
proceso y perseveró en esto y dio defensas y hechas la diligencia por la intención
confesó haberlo creido y haber tenido la ley de los moros por buena desde que se lo dixo el morisco hasta
que dixo las dichas palabras, aunque no confesó haber hecho alguna ceremonia de
la dicha ley puesto que le dijo un morisco como se hacia la cosa y el ayuno de
los moros: fue rescibido con hábito y corcel perpetuo y galeras por seis años”.
Lo
que se deduce de este testimonio del infortunado morisco y de lo contenido en
el anterior es que el lugar de Face Retama, tiene una tradición sagrada desde
tiempo inmemorial. Que los andalusíes asimilaron de culturas anteriores. El
pobre Bernardino fue injustamente condenado a galeras, pues no hizo sino
repetir, seguramente, lo que había estado escuchando de sus antepasados de
generación en generación.
Sabemos
que una tumba cubierta de piedras existió en 1578, en tiempos del morisco
Mençafí y también que se encontraron unos huesos en tiempos del Obispo
Covarrubias.
¿Pensaría
el Obispo Juan Orozco de Cobarrubias que las verdaderas reliquias fueron las
halladas en 1610 y no las que fueron recuperadas de Celanova?
No hay comentarios:
Publicar un comentario