En el Archivo Histórico Diocesano de Guadix existen numerosos casos de denuncias por hechizos que fueron competencia de la Fiscalía eclesiástica. Estos pleitos se circunscriben sobre todo a los siglos XVI, XVII y principios del siglo XVIII.
La mayoría de las encausadas son mujeres. El hecho de ser la mujer el punto de mira de este tipo de delitos, tiene en parte su origen en la visión ancestral de la hembra como ser estrechamente ligado a las fuerzas de la naturaleza, por su capacidad de concebir una nueva vida; una parcela en la que el mundo de los hombres, todavía, se mantiene ajena o distante. Pero también existe un alto componente machista al considerar que la mujer es un ser embaucador desde el punto de vista sexual, eximiendo de toda responsabilidad a su compañero varón de tal suerte que, la hembra merece ser objeto de todo tipo de vigilancia preventiva.
Otro factor que interviene en estas denuncias es el religioso, especialmente en el Reino de Granada, tras la recientísima guerra por la rebelión de los moriscos y el traumático proceso de aculturación que sufrió esta población que aún continuaba practicando en secreto la suya.
Presentamos aquí varios casos: uno de ellos el de La "caba" de Bracamonte en 1592, veamos que todavía se llama con la palabra árabe: "caba" para referirse a la casa o cabaña de una familia. Vemos en este caso cómo el hombre aparece envuelto en hechizos de mano de las mujeres...
"En la
ciudad de Guadix a nueve días del mes de mayo de mil y quinientos noventa y dos
años el Ldo. Juan Andrea de Andrada, vecino de esta ciudad pareció ante el Dr.
Juan de Arroyo Pulgarón provisor de este obispado del [...] recibió juramento
en forma de derecho y habiendo jurado dijo que a su noticia ha venido que en la
Iglesia Mayor de esta ciudad= se ha leído el edicto de pecados públicos y por
descargo de su conciencia y no incurrir en la excomunión dijo que el día de la
Ascensión que ahora pasó jueves en la tarde que se contaron siete de este
presente mes estando con Damián Pérez de Villací y Bolaños vecino de esta
ciudad hablando de los hechizos que dicen vieron junto a la caba de Bracamonte
le dijo a este que declara el dicho D. Damián posible el ser falso testimonio
yo tengo recelo del término de la dicha Bracamonte porque yo trataba con
Catalina Marín que dijo la susodicha Catalina Marín que la dicha Bracamonte y
su hermana de la dicha Catalina Marín Francisca Díaz, y por capitana Juana
Díaz, vecina que fue de esta ciudad y amiga que dice fue de Gregorio de Siles,
escribano, iban al campo adonde poniéndose en una encrucijada de caminos, y
llevando un corazón de ave negra, esperaba que diera la hora de las doce, y
hacían un hoyo en la tierra, y lo enterraban y después volvían otra noche a la
propia hora, y abriendo el dicho hoyo decían las susodichas. Según que la dicha
Catalina Marín dijo al dicho D. Damián, que hallaban cierto papel, en que eran
avisadas de lo que pretendían.
Item
dijo el dicho D. Damián a este que declara que teniendo el dicho D. Damián la
amistad de la dicha Catalina Marín le dijo al susodicho no tema que mis
hermanas os hagan mal por que mi hermana Francisca Díaz tiene una imagen del
bulto cortados los brazos y atados, con mucha candelilla encendida dice cierta
oración en que pide que así como la dicha imagen está sin brazos y lo aten sin
fuerza para hacerle mal al dicho D. Damián los que hacer pretendieren.
Item
dijo el dicho don Damián a este que declara que la propia Bracamonte le dijo
que estando amancebado Sebastián de Vargas con Ana Marín vio la dicha
Bracamonte que una noche estando acostado el dicho Sebastián de Vargas en casa
de la dicha Ana Mª, sacó la susodicha un cierto bote de su arca y untó las
costuras de la ropilla del dicho
Sebastián de Vargas sin que él lo viese y que entendía la dicha Bracamonte eran
hechizos=
Firmas
y rúbricas"